viernes, 29 de abril de 2011

fotos, tapas y un partido en la terraza




























Voy con Alfonso e Isabel a Almería. Vemos el Cable Inglés, que no conocen, y una expo en el Centro Andaluz de Fotografía. Es del finlandés Pentti Sammalllahti. Gatos y perros hacen su vida en nuestras ciudades. Los elegantes pájaros se saludan. Los paisajes son mágicos. Nieblas, brumas. siluetas de gente sobre la nieve. Me encanta la serie de andantes, con ese punto de captar el segundo adecuado. Fotos de Irlanda, India, Nepal, Marruecos. Pero sobre todo el frío. Rusia, Siberia, Finlandia, Islandia. Sombras difuminadas.
Me resulta curioso ver fotos de marroquíes en un barrio de Almería lleno de marroquíes.
Después, ampliamos la colección gastronómica de Alfonso con una visita a Casa Joaquín. Un bar terriblemente feo con unas tapas fenomenales: pota, boquerones, ensaladilla y un pisto con trozos de berenjenas.

A cambio de las morcillas artísticas de Rafa, los seriadictos nos dan cancha para sacar al Lobico, Mantecas, Medallas y el resto de titulares por enésima vez. Hoy libramos a Quety de los humos, a riego de ser detenidos por el acharolado vecino.
Saca Upe, por los rurales, con la pelota de la Rae. Alfonso, que había sacado inocentemente las canillas del ifone, se queda en el arbitrio. Acepta seguil aunque es falta, por mirar sólo por cima, y un cuzo fisgón por simpatía (o una brusca entrada en la cama). Pero lo que no puede admitir son esos dos saltamontes de Alburquerque (padre e hijo, que parecen gallifantes, gafañotes o gañifotes) porque Enrique no sólo exagera, sino que suele meter trapillo para el engaño.
Entonces se cierra, y ni sinaco, ni chola que no sea zapatilla o mestiza. Desmedida su altura con esas ínfulas por sombrero, decide cortar por lo sano, llamando a la acharolada autoridad. Por lo que abandonamos la hierba a la suerte pikolín.

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