domingo, 15 de mayo de 2011

4ª feira 13 maio 2009. parque natural de peneda gerês

 Llueve. Salgo a dar una vuelta por el pueblo. El pan hay que pedirlo de un día para otro. El señor del Minimercado me da dos bollos. Enfrente, me tomo un café prieto. Cojo ramas de la calle para que se vayan calentando en la chimenea, y un palo para caminar, que limpio de nudos con el cuchillo de la cocina.
Preparo el café y llamo a Beni. Echo leña al fuego. Comemos morcilla y dos tostadas con tomate.
Vamos al pantano por el camino de ayer, hasta la calzada romana que está bastante bien conservada. Impresionante, casi escondida bajo los árboles y con las

piedras comidas por el  musgo. Vamos por la orilla del pantano. De vez en cuando: milestones, hitos de piedra donde los romanos marcaban el camino cada cierta distancia. Esta calzada unía Braga con Asturias y, al ser una zona despoblada, se mantiene en un estado envidiable. Subimos la montaña que une el pantano con el pueblo. Madroños, abedules y castaños. Cojo una mata de castaño con raices.
Llegamos al pueblo por la parte trasera del camping, por una especie de rambla encajonada que acaba en rua Cerdeira.



Hojas de carabalho alvarinho (roble), castanheiro, madronheiro, abedul, espino albar, vidoeiro (abedul) y tilo. 

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