sábado, 4 de junio de 2011

amigos

Llevando trastos de Madrid a Bolaños, aparece esta foto. Estamos: Polín, Miguel y yo en una tienda de campaña, en la romería de la Virgen del Monte. Debo tener 18 años y ellos 19. Hacía unos meses que me había comprado la tienda, en un almacén de la OJE. Unos tres años después, moriría Polín.
Pienso en la amistad, ahora que Miguel me invita a la boda de su hija, que no conozco. Me gusta la relación que tengo con los amigos de esta época. Apenas si nos vemos, pero cuando lo hacemos es como si nos viéramos todos los días. Yo pienso que nos tenemos cariño y que siempre responderíamos cuando alguno necesitase ayuda. Me imagino conversaciones en que alguien habla mal de mí y a mi amigo defendiéndome. Está bien porque no tenemos que hacer de hermano mayor, ni de sicólogo, ni de coleguilla. Es sólo una amistad que ha llegado como una generosa herencia.

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