viernes, 15 de julio de 2011

robots indignados


Saltándose las estrictas leyes de la robótica de Isaac Asimov, vienen frecuentando las asambleas de los indignados ciudadanos, modelos obsoletos del Orden del Gran Padre. Atentamente escuchan sin atreverse a intervenir. Al rato, lo hacen airadamente, atacando a los humanos. 
El Gran Ministro del Interior del Mundo no enseña su preocupada cara. Lo creímos un rumor, pero, cada día que pasa, adquiere velos de realidad. Estas imágenes de la Ópera de La Bastille lo convierten en evidente. Participan, sin duda, de la solidaridad de los parisinos con la indignación española. Más tarde, una sinapsis descontrolada puede convertirlos en sus verdugos. ¿Para esto hemos dado a este lado del mundo un aspecto democrático?
Soy de la opinión de que todos los modelos antiguos se vendan al otro lado; y en éste. sólo funcionen los más amables y de aspecto risueño. Algo más acorde con la reciente configuración. 
Color en sus atuendos, nada de armas que no sean estrictamente sicológicas, sonrisas y algún pendiente, coñe, que parece que aún vivimos en aquellos diseños tristes que inventamos para el otro lado del telón.

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