sábado, 23 de junio de 2012

juego de palabras

Inventaron la clase media y la clase política para acabar con la esclarecedora explicación de la marcha del mundo que hiciera Marx, de igual forma que pusieron en boca de Darwin que el hombre venía del mono para desvirtuar una prodigiosa teoría que ni siquiera habían leído. Inventaron el estado de derecho para acabar con Bakunin y perpetuar un modelo de opresión. Inventaron un progreso de ladrillos, coches humeantes y centrales nucleares que acabó con nuestros tranquilos pueblos y ciudades llenos de memoria y árboles legendarios. Inventaron un mundo global para comprar y vender, diciendo que era para comunicarnos. Inventaron la extrema izquierda y la extrema derecha para honrar a los hermanos de la segunda y acabar con los últimos combatientes de la primera. Inventaron la transición pacífica para disfrazar tanto fascista, ocultar muchos muertos y acabar con el movimiento obrero. Inventaron el populismo para legitimar el golpe de estado. Inventaron reconvertir para anular, competitividad para bajar vergonzosamente los sueldos y alargar el suplicio, y libre competencia para ganar beneficios a costa de lo que sea. Inventaron el terrorismo para legitimar el terrorismo, para hacer comercio con las guerras. Inventaron el islamismo radical para justificar desigualdades, crear prejucios y odio, y de paso ganar dinero. Crearon la crisis energética y la crisis financiera para acabar con su palabra democracia, esconder su avaricia y salvar su sistema esclavista. Y luego, los recortes y las reformas para disimular lo que de radical tiene acabar con todo el patrimonio y los derechos que el pueblo había conseguido luchando.
Finalmente inventaron el periodismo profesional y objetivo, para que todas esas palabras inventadas se vistiesen de reluciente y objetiva verdad, y olvidásemos el traje raído y apolillado de la ideología. 


Escribo esto mientras leo la noticia de la destitución del presidente Lugo y la Marcha Negra de mineros camina hacia Madrid.

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