viernes, 12 de abril de 2013

un mapa anotado con cerveza


En Níjar todo el mundo pintó las fachadas de blanco por Semana Santa y está reluciente. Como ya no se usa la cal, todo el pueblo tiene un fuerte olor a pintura. Sería curioso leer ahora Campos de Níjar de Goytisolo. El Ayuntamiento pone aros en la fachadas para llenarlo todo de geranios. De golpe, atraviesa la plaza una visión de Don Juan: un hombre subido a un burro cargado de hierba y, sentados a la sombra, un grupo de hombres mayores con la cara quemada, la barba de varios días y una larga historia en el coco.
En la tele venden una misa del Papa en video. Los guiris beben café con leche. Miran al Papa de la tele y luego cogen sus bicicletas de montaña. Yo dibujo un mapa mientras acaricio una jarra de cerveza. Anoto que en Mojácar hay mucho turismo, miles de indalos y cerámica en las calles de casas blancas que suben el cerro; en Las Carboneras hay que pedir galanes, que son un peces de carne blanca que casi solo existen en esta costa; la camarera de las negras que me imagino tumbada como un paisaje al sol con un castillo almenado en uno de sus peñones; la vegetación de pitas del valle de los Genoveses fue plantada en 1956 para la fábricación de alpargatas, lienzos, cuerdas y otros tejidos (no se hizo, pero quedaron los ágaves de origen mexicano). Y que hay cuatrocientos metros de la playa a la isla de la Duquesa de Alba donde había un castillo del siglo XVI del que solo quedan ruinas.

(En la propaganda han escrito playa con dos eles).

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