miércoles, 5 de febrero de 2014

la esperada refinería que traerá trabajo a puertollano


El gobierno de Cospedal ha decidido ubicar en Puertollano el centro de investigación para el desarrollo de fuentes de energía alternativas, que es un término del neolenguaje que significa nueva refinería. El proyecto de instalación de esta refinería (Proyecto Clamber), del Ministerio de Economía, con la participación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, traerá trabajo para todos los que echaron de la otra refinería de Repsol que fué Empetrol y Campsa y Calvo Sotelo y fue pública y luego privada. Eso deben pensar los vecinos hasta que empiece a funcionar, a finales de 2015, el año de las próximas Elecciones Generales.
El caso es que delante de la bolsa de trabajo se formó una cola gigante que tendrá que pasar un examen para conseguir un contrato de obra o servicio para varias plazas, pero antes habrá que abonar 40,80 euros en concepto de "derechos de examen", junto a una acreditación de años de experiencia.
Para que esto no se tome como insulto, se ha rebajado la tasa a 32,64 euros y los cinco años de experiencia que se exigían para supervisor de planta, técnicos y administrador, se han pasado a tres. El no va más, en el idioma neoliberal y ya ensayado en algunos sectores, sería conseguir unos meses de práctica pagados por el propio trabajador.
En principio se construirá, durante dos años, un edificio para el desarrollo de productos factibles para impulsar procesos de transformación de productos de biomasa en biodiesel. Para ello se destinarán 20 millones de euros (16 millones el Gobierno central, en concepto de capital reembolsable, y 4 millones el Instituto de la Vid y el Vino) entre 2014 y 2015. La consejera dijo que 16 serán sufragados por el Fondo Tecnológico de la Unión Europea y el resto por la Junta.
Según la consejera de Empleo y Economía, Carmen Casero, este proyecto pondrá a Castilla-La Mancha como referente europeo en bioeconomía (0tro neopalabro), pues será la única planta de España y la segunda de Europa dedicada a investigar nuevos combustibles. Será la colaboración público privada, según la consejera, la que hará que funcione este proyecto. En cuanto a los puestos de trabajo, la consejera no ha querido desvelar cuánto personal se necesitará, pero sí ha concretado que será personal muy cualificado, principalmente investigadores, que serán contratados en las próximas semanas.
Esperemos que estos investigadores expertos de Puertollano, que no sabemos dónde trabajarán mientras los albañiles puertollanenses levanten la planta, encuentren el biodiesel del futuro que no necesite aceites comestibles, ni la tala forestal. Más bien pienso que han sido llamados para hacer competitiva la producción de diésel de segunda generación, frente a los combustibles fósiles, algo que hasta ahora no se ha conseguido. Para lo cual necesitaremos una inversión pública, hasta que, una vez conseguido, pasemos el pastel a la empresa privada, como ya hicimos con Repsol, que fue Campsa y Empetrol y Calvo Sotelo.

El biodiesel es un biocombustible, algunos prefieren llamarlo agrocombustible pues es contaminante y emite mucho más CO2 del que las plantas de las que está hecho son capaces de absorber. En este caso parece que la materia prima será la vid y sus derivados, de ahí la inversión del Instituto de la Vid y el Vino.

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