domingo, 19 de marzo de 2017

una alameda sin futuro

Durante siglos, los escarabajos (al igual que las personas) han emigrado de Europa a Estados Unidos, adonde llegaban en barcos que atracaban a lo largo de la costa de Nueva Inglaterra. En 1928, un grupo de estos insectopioneros de seis patas salió de los Países Bajos y, cual okupas, se alojaron en la corteza de un sinfín de árboles del género "Ulmus". En el curso de su ocupación introdujeron un hongo mortal en los vasos conductores de dichos árboles. Estos reaccionaron bloqueando su sistema vascular por completo a fin de limitar la infección, y, poco a poco, fueron muriendo de hambre porque los nutrientes no usados se les quedaban en las raíces. En la actualidad, la grafiosis, o enfermedad holandesa del olmo, sigue haciendo estragos. -Hope Jhren en La memoria secreta de las hojas, Paidós 2017

Esta enfermedad transmitida por los escarabajos del género Scolytus, que transportan las esporas de un hongo del género Ophiostoma, está esquilmando el olmo autóctono, que está siendo sustituido por otros resistentes al hongo. En 1986, el 82% de las olmedas españolas, aquí llamadas alamedas pues el árbol se conoce como álamo negro o negrillo, estaban afectadas. Actualmente, en algunos países europeos estos árboles se encuentran casi extintos.

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